Reconectar con nosotros mismos en la era del ruido constante es uno de los grandes retos de la salud actual. Así lo explica la Dra. Cristina Pellicer, médica integrativa, al reflexionar sobre cómo el exceso de estímulos, pantallas y demandas externas nos aleja progresivamente de la escucha interna y del equilibrio físico y emocional.
Desde la medicina integrativa, conectar contigo misma no es una cuestión abstracta ni espiritualizada, sino una necesidad real para la regulación del sistema nervioso, el sistema inmune y la salud mental. Este camino pasa por volver a lo esencial: escuchar el cuerpo, cuidar la mente y recuperar un vínculo más directo con la naturaleza, el silencio y la presencia.
¿Qué significa realmente “conectar contigo”?
Conectar no implica aislarse ni huir del mundo, sino aprender a estar presente en lo que se vive, dentro y fuera. Significa reconocer cómo te sientes, qué necesitas y qué límites son necesarios en cada momento vital. Esta conexión se cultiva a través de prácticas sencillas y sostenibles como el journaling, la meditación, caminar sin auriculares o aprender a decir “no” a aquello que no resuena contigo.
Volver a lo natural: el cuerpo como aliado
El cuerpo humano está diseñado para relacionarse con estímulos naturales como el sol, el frío, el hambre o la sed en su justa medida. Estos pequeños estímulos, cuando se integran de forma consciente, activan mecanismos de adaptación, regulan el sistema nervioso y fortalecen la salud física y emocional. Recuperar este diálogo con el cuerpo permite salir del modo automático y volver a una escucha más afinada de nuestras necesidades reales.
Pantallas y salud: cuando la estimulación nos desconecta
Las pantallas están diseñadas para captar la atención de forma continua y rápida. Un uso excesivo reduce la capacidad de concentración, dificulta la conexión con el presente y favorece una sensación persistente de saturación mental. Cuando no existen pausas reales, el sistema nervioso permanece en estado de alerta, lo que impacta directamente en el descanso, el estado de ánimo y la capacidad de disfrute.
El valor del aburrimiento y el silencio
El aburrimiento, lejos de ser un problema, crea el espacio necesario para que emerjan ideas, claridad y decisiones importantes. Sin momentos de silencio y ausencia de estímulos constantes, la creatividad y la conexión interior quedan desplazadas. Recuperar tiempos sin contenido externo es una herramienta sencilla y potente para volver a uno mismo.
Conocerte más allá de tu rol
Conocerse no es solo saber a qué te dedicas o qué papel ocupas, sino identificar qué sientes, qué necesitas y qué límites quieres sostener. Escucharte con calma, sin rigidez ni juicio, permite aceptar lo que hay y revisar creencias heredadas desde la infancia que ya no encajan con tu momento vital actual.
Ideas prácticas para el día a día
- Reserva cada día entre 5 y 10 minutos para escribir cómo te sientes y qué necesitas.
- Introduce micro-momentos de naturaleza: sol en la piel, paseos al aire libre o exposiciones breves y controladas al frío.
- Crea “islas sin pantalla” (por ejemplo, las primeras y últimas horas del día) para entrenar la atención y la presencia.
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